Es una lástima que no estés conmigo
como solías hacerlo;
miro el reloj y pienso,
como pasó todo esto.
Me gustaría mirarte a los ojos,
me gustaría decirte que te quiero,
me gustaría besar tus labios,
y decirte que eres el primero.
Cuantas veces he rezado,
porque un día me quisieras,,
y cuantas habré llorado
deseando que vinieras.
A mi corazón le pregunté,
si puede ser que te olvide,
y sonriendo me dijo:
-¡no sueñes con lo imposible!
Lourdes Páez, 3 "B"
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